El pienso concentrado para terneros debe contener al menos 11 MJ EM/kg y aproximadamente un 18 % de proteína cruda. El contenido de fibra bruta y cenizas no debe exceder el 10 %. Hay que asegurarse de que el aporte de minerales y de vitaminas sea suficiente.

Los piensos concentrados para terneros no solo deben tener todos los ingredientes necesarios, sino que también deben cumplir otros tres requisitos importantes:

• Deben ser fáciles de digerir y ligeros al mismo tiempo.
• Deben ser muy apetecibles para estimular una ingesta temprana alta.
• Tienen que estar en perfectas condiciones higiénicas, porque las defensas de los terneros aún se están desarrollando.

El alimento de iniciación para terneros debe descomponerse mediante métodos de procesamiento especiales hasta el punto de que los nutrientes que contiene sean fácilmente digestibles. Esto se realiza, por ejemplo, mediante calor y/o presión, dependiendo de la materia prima. Profundizaremos en ello más adelante.

Sin embargo, el desafío es que la digestibilidad de los componentes no implique una acidificación del rumen. Se deben usar componentes que se descompongan lentamente en el rumen y que, por lo tanto, no perjudiquen el proceso digestivo.

Esto es particularmente importante cuando se intenta que la ingesta de pienso concentrado sea alta desde el principio. Este podría ser el caso, por ejemplo, cuando se suministra agua a los terneros de forma restrictiva (es decir, menos de 8 l/día) y se quiere interrumpir el suministro de leche antes de tiempo (a las 10 semanas o antes).

La finalidad del pienso concentrado es proporcionar lo antes posible a los terneros suficiente energía y proteínas para que experimenten un crecimiento extraordinario. Para ello, el pienso debe ser muy sabroso y favorecer la ingesta temprana. Después de todo, los terneros deciden por sí mismos cuándo empiezan a comer alimentos sólidos.

Lo que es fácilmente digerible para los terneros es también un caldo de cultivo ideal para roedores, gérmenes y hongos. El tratamiento térmico (p. ej., mediante peletización) destruye los gérmenes que ya están presentes, pero también existen muchos riesgos durante el almacenamiento o en el comedero.

Por lo tanto, es absolutamente necesario evitar que el pienso se moje. Esto se aplica tanto al almacenamiento como a la alimentación en un comedero o en un recipiente. Además de la lluvia y la alta humedad, son sobre todo los propios terneros quienes humedecen el alimento en el recipiente al meter una y otro vez la boca en él, más para jugar con el alimento que para comérselo. En consecuencia, no hay que poner demasiado alimento en el comedero o en el recipiente cada vez. Hay que vaciar el comedero y desechar los restos de comida todos los días.

En general, se distingue entre alimentos ricos en energía y alimentos ricos en proteínas, además de los componentes minerales/vitamínicos.

Componentes energéticos

Los terneros asimilan muy bien el almidón contenido en la avena. La estructura del almidón en el endospermo hace que las enzimas puedan acceder a él muy fácilmente. Además, el almidón se descompone lentamente en el rumen y el mucílago que desarrolla la avena en el tracto digestivo protege la pared intestinal.

El almidón del maíz también se descompone lentamente, por lo que tampoco resulta perjudicial para el rumen. Además, a los terneros les encanta comer maíz. Para el muesli para terneros se suelen utilizar granos enteros, ya que lleva más tiempo descomponerlos. Los terneros solo excretan estos granos con las heces a partir de aproximadamente las 10-12 semanas de edad, por lo que, desde ese momento, se deben utilizar granos triturados o molidos.

Para alimentar a los terneros también son adecuados otros tipos de cereales, como el trigo y la cebada. Estos cereales tienen un mayor contenido energético, pero su almidón se descompone más rápidamente, por lo que se debe limitar su uso.

La melaza es muy apetecible para los terneros por su dulzura. Además, la melaza aglutina el polvo de la mezcla y mantiene unidos los distintos componentes (a modo de «pegamento»), por lo que se utiliza con mucha frecuencia para elaborar mezclas propias y para el muesli. Sin embargo, una proporción de mezcla demasiado alta supone un riesgo de diarrea, por lo que no se debe usar más de un 5 % en el pienso concentrado.

La pulpa de remolacha azucarera seca también añade azúcar al alimento. A los terneros les gusta comerlo y es bueno para el rumen.

El aceite de colza y el aceite de soja aportan energía a la mezcla a través de la grasa. Además, aglutinan el polvo. Sin embargo, su cantidad debe limitarse a un máximo del 1 % por razones higiénicas.

Componentes proteínicos

La soja, la colza y los guisantes, así como sus productos procesados, se caracterizan por contener aminoácidos de alta calidad que los terneros pueden asimilar fácilmente.

Esto también se aplica a la torta de linaza. Esta produce adicionalmente mucílago, que protege las paredes del tracto gastrointestinal. Además, es muy sabrosa para los terneros, por lo que la comen con ganas.

Vitaminas y minerales

Las vitaminas A y D son importantes para el crecimiento y para el sistema inmunológico de los terneros.

Esto también se aplica a la vitamina E, que, además, previene los procesos de oxidación o envejecimiento en las células.

Se sabe que la vitamina C es muy saludable.

La vitamina B favorece especialmente el desarrollo del rumen en los terneros jóvenes.

Por supuesto, el suministro de minerales es igual de importante. No obstante, los productos que se ofrecen en el mercado suelen estar enriquecidos, por lo que se puede suponer que los terneros reciben un suministro adecuado de vitaminas y minerales siempre que los productos disponibles en el mercado se utilicen en la dosis recomendada.

Los componentes que se han mencionado anteriormente para la alimentación de terneros y bovinos jóvenes pueden ser tratados durante el procesamiento con el fin de optimizarlos.

Por ejemplo, el almidón del grano se descompone mediante procesos hidrotermales (calentamiento con vapor) para que sea más fácil de digerir. Esto también se hace con la soja y con otras proteínas. De esta manera, se descomponen ciertas sustancias que inhiben la digestión de proteínas. El resultado es entonces una mejor digestibilidad de las proteínas.

También hay procedimientos convencionales, como el pelado, el triturado, el exprimido o el desmenuzado, que mejoran la digestibilidad de los componentes. Además, estos procedimientos evitan la acidosis ruminal.

La peletización bajo calor y presión también asegura una reducción de gérmenes y evita por su naturaleza que los componentes se separen.